lunes, 14 de noviembre de 2011

En un mundo mejor

Después de ver la película, ésta me planteó una serie de cuestiones que no tienen respuesta:

¿Cuándo verdaderamente está justificada la violencia?
¿El miedo resulta ser la excusa perfecta para llevarla a cabo?
¿La violencia sirve para corregir una conducta que no se ha podido corregir con el diálogo?
¿Siendo nuestra mente tan compleja, por qué consideramos como primera respuesta la más simple, es decir, la violencia?
¿Toda vida humana tiene el mismo valor, aunque esa vida haya provocado la muerte de muchas personas?
¿Se nace violento o se forja con la experiencia?

La verdad es que ver la película hace perfectamente entendible que ganara el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Y me hace reflexionar. Los niños con sus mentes aún por madurar siempre ante un problema van a intentar tomar la decisión más fácil y rápida, en este caso, la violencia.Y cualquier respuesta diferente de la violencia la van a cuestionar debido a esta falta de madurez y de experiencia. Es labor de los padres educar a sus hijos en el buen hacer y en el diálogo. También me llama mucho la atención la analogía que se puede hacer con la gota que colma el vaso, haciendo que una persona claramente pacífica ante una situación que le supera decida actuar de manera violenta.
De la película me ha gustado mucho el realismo con el que se trata cada tema y situación, cosas que perfectamente podrían ocurrir en nuestra sociedad moderna y de hecho ocurren.
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